Cuando se va a elaborar un jamón, hay que tener en cuenta
muchas variables que van a afectar directamente a su calidad, pero
principalmente tenemos que tener en cuenta cuatro factores que serán
fundamentales:
-La raza. Dentro de las
razas tenemos las de tronco “ibérico” y las de tronco “blanco”. En la calidad
de los cerdos blancos será decisiva la cantidad de grasa que tenga, a mayor
cantidad de grasa mayor calidad.
-La forma de cría. Estabulados
en unos pequeños recintos. En régimen semiextensivo, en unas parcelas algo
mayores donde los animales pueden caminar algo. En régimen extensivo, o lo que
es lo mismo, sueltos en el campo, y por último una mezcla de dos de estos
tipos, los “acabado en campo” estos son animales que estando estabulados, los últimos
dos meses se les suelta en el campo. Cuanto más ejercicio hagan los cerdos,
mejor será la calidad de su carne, pues esto ayudará a conseguir carnes más “hechas”
y a que la grasa se infiltre mejor entre el músculo.
-La alimentación. Los
cerdos se alimentan principalmente de piensos autorizados, pero los ibéricos criados
en régimen extensivo, en la época de la montanera, pueden ser alimentados con
bellotas y esto les aportará una calidad especial. Dependiendo de la cantidad
de bellota que coman, los animales pueden ser clasificados como “Bellota” o “Recebo”,
estos últimos son los que habiendo engordado un mínimo determinado con bellota
no han alcanzado los estándares necesarios para ser considerado bellota (la
nueva legislación elimina el concepto Recebo).
-La Elaboración.
Aunque básicamente la curación de un jamón consiste en salarlo y secarlo, la
técnica que usemos será decisiva en el resultado. Podemos tener una buena
materia prima pero si no aplicamos un cuidado proceso y adecuado a cada tipo de
jamón el resultado puede ser sencillamente aceptable o incluso defectuoso.
Juan Carlos Gómez Sierra.
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